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Recordemos las cosas que realmente importan, como la alegría de las cosas simples, la paz de vivir con honestidad y el tiempo con las personas que amamos.

En la era dorada de los blogs, los comentarios eran el corazón de la conversación digital, un lugar donde las palabras encontraban eco. Hoy, en los blogs que aún sobreviven ese diálogo parece desplazarse hacia las redes sociales, moviendose entre la nostalgia y nuevas formas de interacción.