Me voy de Linux porque mi nuevo teclado no funciona
Más abajo escribo algunos detalles de mi experiencia con este teclado, aunque la mayor parte de mis sensaciones las expreso de manera más detallada y emocional en el audio.
Redragon K530 RGB Bluetooth: mi experiencia
Este teclado es un regalo que le hice a mi esposa. Ella suele escribir lo suficiente como para justificar tener un hardware de este tipo. Es más, suele escribir desde su Ipad, con las molestias y limitaciones que lleva asociado embarcarse en una actividad así desde una pantalla táctil.
Cabe aclarar que no soy un fanático de teclados mecánicos y mucho menos un sibarita de las exquisitas diferencias que puedan existir entre los tipos de teclas existentes. Dicho esto, compré el teclado solo para hacer más llevadero y ergonómico ese rato de escritura.
Con Windows el teclado va genial. La conexión Bluetooth es inmediata y desde el momento de “login” podemos utilizarlo sin problemas. El software para configurarlo de una manera gráfica desde el escritorio es bastante pobre y con pocas opciones. Deja bastante que desear.
El proceso para la actualización del firmware del teclado está totalmente descuidado. Cuando intenté actualizar este software, descargándolo desde la página oficial de Redragon, estaba totalmente en Chino, y sin posibilidades de cambiar a otro idioma. En fin…
Conectado al Ipad, en general funciona bien, pero de vez en cuando da algunos problemas. En muchos casos es necesario “olvidar” el dispositivo desde los ajustes de Ipad Os para volver a parearlo, ya que no se conecta de otra forma. Desconcertante.
Con Linux es un tema aparte y merece un subtítulo aparte en este artículo.
¿El bluetooth en Linux es una mier**?
Que mala experiencia tuve. En un primer momento parecia funcionar, pero días mas tarde todo cambió. Fue en vano. Un desastre, una verguenza, algo incomprensible.
Múltiples intentos de parear el dispositivo y nunca funcionó. Por interfaz gráfica, por linea de comandos de la terminal, invocando espíritus de programadores muerto… nada funcionó.
Hasta hace un tiempo lo tenía conectado por cable de carga al puerto USB y así funcionaba, como si se tratase de un teclado con cable. Horrible y molesto. No quiero más cables, Linux!!
Hace unos días decidí “liarme la manta a la cabeza” y terminar de hacer funcionar el dispositivo. A continuación un resumen de como lo hice:
La solución
La salida a este problema y para casi cualquier otro, como se podrán imaginar, está en la Wiki de Arch. Si, el teclado funciona, pero resultó ser otro de esos problemas linuxeros que se resuelven a golpe de wikis y terminal.
Tambien les dejo un breve resumen de los pasos necesarios para conectar exitosamente el teclado en este artículo del blog.
Un saludo.