Hyprland: Primer contacto, choque y fuga

📺 El flechazo inicial
Hace unos días me topé con un video en YouTube, de esos que nos suele sugerir el algoritmo. En dicho video, el creador hablaba maravillas del manejador de ventanas Hyprland y daba una excelente presentación sobre su admirable aspecto visual, su brutal rendimiento y el nivel de personalización que, francamente, era sorprendente.
Como una de mis PC es de muy bajo rendimiento pero me suele sacar de apuros a menudo, se me ocurrió que Hyprland podría ser una opción interesante, sobre todo por su escaso consumo de recursos.

🧩 Una experiencia “de época”
No lo pensé dos veces y me puse manos a la obra. Lo que siguió a la instalación y configuración inicial fue tan desagradable como lo que se conoce, en medicina, como un Lhermitte. La experiencia fue revivir recuerdos grabados a fuego de algunas de mis primeras instalaciones de Arch allá por los 2000. Esto no es una instalación de software más, como estamos acostumbrados, sino que es vivir la experiencia de construir “por piezas” un escritorio a medida.
Existen algunos sistemas preconfigurados mediante el uso de scripts y/o dotfiles, que además de no funcionar bien, le quitan la gracia casi mística -léase con sarcasmo- de construirlo todo uno mismo.
🛠️ Línea por línea
Resumidamente, tener “el bicho andando” implica chequear si tenemos controladores gráficos correctos (especialmente con las GPU Nvidia, que añaden una capa extra de complejidad en Wayland), disponer de un gestor de inicio de sesión compatible como SDDM o Greetd, y sumergirse en la configuración de Hyprland, que se basa en archivos de texto y puede resultar, como poco, abrumadora.
El siguiente paso consiste en instalar y configurar el resto de los componentes del escritorio: barra de estado (Waybar), lanzador de aplicaciones (Rofi o Wofi), fondos de pantalla (Swww), un terminal compatible con Wayland y Hyprland (como Kitty o Alacritty), gestor de notificaciones (Mako), herramientas para temas (lxappearance, nwg-look, qt5ct/qt6ct), así como gestores de suspensión y bloqueo de sesión. También hay otras aplicaciones que mejoran la funcionalidad. Cada una requiere configuración manual desde un editor de texto.

💤 Cuando el entusiasmo no alcanza
Después de lograr tener todo instalado y más o menos configurado, viene lo “divertido”: la configuración final para que todo se vea y funcione armoniosamente. La mala noticia es que el proceso de prueba y error me saturó. Casi nunca nada funcionaba como yo quería, y cada pequeño cambio requería un esfuerzo y una inversión de tiempo que no estaba dispuesto a perder. Como decía más arriba, se pueden tomar atajos usando archivos de la comunidad o scripts complejos, pero no me funcionaron, o el sistema no quedaba como yo quería.
Tiempo y esfuerzo sí, pero no en configurar un manejador de ventanas. Estamos en 2025, y entornos como KDE, LXQt y XFCE funcionan perfectamente y con un aspecto visual agradable, incluso en PCs de recursos superlimitados.

🫠 Palabras finales
En cuanto a mi contacto con Hyprland, solo puedo decir que dejo paso a los valientes que deseen dar esta guerra o a los nostálgicos de las instalaciones de antaño con suficiente tiempo libre. Por mi parte, seguiré redactando estas y otras líneas desde este casi obsoleto Celeron 3050 con 4 GB de RAM que ni se despeina al mover el escritorio LXQt con el manejador de ventanas Openbox.